Cuando escuchas Oktoberfest, ¿Qué es lo primero que viene a tu cabeza? Mucha cerveza, ¿Cierto?.
Y no es para menos, este concepto de fiesta popular tomó tanta fama, que incluso en varios países decidieron hacer algo similar para la misma época.
Pero esta famosa tradición comenzó siendo una celebración el 12 de octubre de 1810, de la boda de la princesa Therese de Sajonia-Hildburghausen y el rey Ludwing de Bayern. Todos los ciudadanos de München fueron invitados al evento real en los campos al frente de la entrada de la ciudad y los festejos se prolongaron por 5 días. Los campos fueron llamados desde la boda Theresienwiese (los campos de Therese). Sin embargo se terminó abreviando su nombre a “Wies’n”.
Y es por eso es que ese nombre es tan recurrente; de hecho hay una cerveza llamada así: la Wiesnbier.
Para el año siguiente a la boda real, se realizó nuevamente la celebración, sólo que para esta ocasión, se adicionó carrera de caballos como el primer show agrocultural, el cual se sigue llevando a cabo cada 3 años.
En 1818 se instalaron el primer carrusel y columpios, mientras que en 1896 se dio paso a las primeras carpas y salas de cerveza creadas por empresarios emprendedores con el respaldo de las cervecerías.
Y es que esta celebración es para tomarla en serio. Es todo un acontecimiento socio-cultural con desfiles de trajes regionales típicos, música, atracciones y un sinfín de puestos de comida bávara donde puedes comprar desde una Weißwurst, bretzel o platos típicos de buey y pollo.
Es el evento del año en el que los bávaros lucen sus mejores galas y sacan del armario sus dirndl, el vestido típico de las mujeres, o sus lederhosen, los pantalones de cuero de los hombres.
Esta fiesta no es sólo monumental por los millones de visitantes que recibe cada año, también por los más de 7 millones de litros de cerveza que se consumen en cada edición. Una jarra cuesta 11,80 euros y hace 50 años costaba 2,50 marcos (1,25 euros).
Este año el Oktoberfest inicia el próximo sábado 21 de septiembre y finaliza el 6 de octubre. En fin, es un acontecimiento para poner en la lista de lo que debes hacer cuando visites o vivas en Alemania.